Una Historia Lamentable
El autor:
Alexvs
Pandolfo estaba desfallecido. Desde hacía un mes apenas había comido más que bayas silvestres, alguna de las cuales le había intoxicado. Sentía mareos y su estómago demandaba urgentemente comida nutritiva. El frío le atenazaba y dificultaba sus movimientos.
Percibió un levísimo y delicioso olor a carne asada y, reuniendo sus últimas fuerzas, orientó sus pasos vacilantes hacia el lugar de donde provenía. Alcanzó a ver una casa en un claro del bosque y a una anciana que al verlo exclamó:
-Pero criatura... ¡qué mal aspecto tienes! ¡estás en los huesos!
Doña Elvira, que así se llamaba la buena mujer, hizo pasar a casa a Pandolfo y le obsequió con un pollo asado y un trozo de tarta de manzana.
-Come, come bonito. Tienes que recuperarte.
Y a Pandolfo se le humedecieron los ojos, abrumado por tanta bondad
Luego le acostó en su propia cama y le abrigó con varias mantas.
Pandolfo se sintió mucho mejor. Un sueño dulcísimo le invadía. Apenas oyó a Doña Elvira musitando "...y voy a recoger algunas setas para la cena..." y quedó profundamente dormido.
Nunca supo cuánto tiempo transcurrió. Pandolfo despertó sobresaltado y aún tuvo tiempo de ver a una niña de cara granujienta tocada con una capucha roja, y tras ella a un hombretón con una escopeta.
Cuando Doña Elvira regresó de coger setas, encontró en su cama el cadáver del lobo Pandolfo acribillado por dos cartuchos del calibre 12. Miró severamente a su nieta Caperucita y al cazador Serapio que se mostraban muy ufanos, complacidos y prepotentes, y los echó de casa para siempre jamás.